20 de enero de 2016

Tres unos

He intentado escribir con aquella musa que dije anteriormente. Esa que no es ninguna persona pero sí un sentimiento que me suele acompañar en cada momento, pero no puedo porque me puedes.

Es una rotura de cabeza, corazón y tiempo, sobre todo tiempo. 
Es una mezcla de sentimientos y varios sin fundamento. 
Amores a primera vista, que poco amor son pero bien que te marcan en el corazón o te dan en la imaginación para hacerla volar y creer cosas que serán pero que hoy no son.

Suspirando tiempos en conjugación futura, amarrados en recuerdos del pasado y hablando sobre el presente con la boca llena de nostalgia. 

Parece que la suma no es correcta y errónea es la idea de creer que siempre se será correspondido.
Sumiso al no pensar para no lidiar con la realidad.
Extrovertido en la mente pero muerto en la vida real.
Incoherencias que chocan con el resto de formas de pensar y crean roces innecesarios, separando personas; destruyendo rutinas; construyendo inicios; dando bienvenidas.

Todo son párrafos sin hilar, como tú, como yo, como aquel día que decidiste comenzarme a hablar y aquel otro que ni me preguntaste 'qué tal'.
Como hoy, en el que la incertidumbre del qué sucederá corta casi igual que cualquier 'tenemos que hablar'.



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