Mire a tus ojos y vi deseo de experimentar.
Qué bonito era ver ganas entre risas.
Ayer volví a mirarte a los ojos y fue una mirada desafiante, pero no de ver quien quiere más, sino de quién siente menos y cómo dolía.
Hoy te escuché decir que yo era sinónimo de nunca y que nosotros éramos impensables, entonces ahí, ahí si se destrozó hasta la última esperanza de posible salida.
Me reí enfrente del espejo a la par que lloraba y no sabía si sentía pena por lo que no fue, por cómo me reflejaba o porque no sabía que hacer a partir de ahora, desde tu ida.
Mantengo tus mensajes en mi memoria y que error tan grande, de ahí no se van hasta que no tienes voluntad propia de eliminarlos. Plasmo en mis paredes fotos de tus objetivos y grabo en mi nostalgia tu sonrisa al lograr mi enfado.
Conozco dolores de cabeza al primer " a ver si quedamos" , pero nunca a primera risa y supongo que por eso duele, tanto como aquel dolor de tripa que dejaste cuando me hiciste sentir bien en semejante mal día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario