4 de junio de 2019

Aviones

Ya mencioné que la vida son momentos. Y este momento lo protagoniza la tristeza y la alegría. Sí, a la vez.

Es mi momento de estar triste porque veo como no puedo frenar el destino y feliz por haber encontrado otra persona que en vez de ser presión en el pecho, sea fuerza para seguir adelante.
Es el momento para decir que te voy a echar de menos mientras lloro, pero con mucha alegría en el corazón por haber coincidido contigo en el espacio y tiempo. El mismo que ahora nos separa.
Es el momento de tener ganas de saber qué me encontraré en el futuro y de superarnos.





16 de febrero de 2019

Negro

Últimamente me estoy conociendo y estoy entendiendo por qué las personas que más me han gustado han sido las que más daño me han hecho o me he hecho para superarlas.
No sé cuándo, pero en algún momento me hicieron creer que sería la chica que cambia al chico malo u opuesto a mí. Y no, no es así.
Ni nadie me va a cambiar, ni nadie va a cambiar por mí. 
Todas las ganas que le echo a alguien que quiere algo diferente a mí caen en un saco roto cuando podría estar gastándolas con alguien que quiera lo mismo.
Todo el tiempo que gasto esperando mientras se deciden, lo pierdo, en vez de usarlo con la persona correcta.

Quizás trato de forzar las actitudes de las personas para que vaya bien y precisamente no debería de forzar nada porque cuando va bien, las cosas fluyen solas



21 de enero de 2019

10 enero

Supongo que todo empezó sin saberlo
y esa fue tu magia
hacer que no entendiera nada mientras pasaba.

16 de enero de 2019

Blck

Has sido mi segundo te quiero más intenso y con prisas que he dicho en mi vida.
Sé que odiabas las comparaciones, sé que odiabas que hablara del resto, creo saber algo sobre ti, pero creo que no te imaginabas todo lo que me importabas o me hacías sentir.

El primer te quiero lo dije como el tuyo. Con los ojos llenos de lágrimas y con miedo al futuro. Sin embargo, aquella vez era demasiado pequeña para entender y controlar  me.
Lo escupí como si fuera mi última carta para tenerle un poco más a mi lado. Como dándole una razón para no marcharse. Rogando que se quedase.

El segundo lo dije como nota final. Para que no se quedara en el aire antes de alejarte. Porque estaba esperando el momento perfecto para soltarlo ya que desde el primero, tenía miedo. Miedo de ir con prisas. De precipitarme y luego no saber soltarme. Al final, no hubo mejor momento que en la despedida.