No sé si lloro por ti, por mí o por esa situación.
No consigo entenderme y me odio.
Harta de tanta negación acepto que estoy bien porque digo que ni tú me querrás tanto como para volver, ni yo me valoré tanto para impedirlo.
No encuentro salidas que no acaben en ti.
No quiero volver a sentir.
Hace tiempo que no vuelvo por ahí, sin embargo, mi pensamiento no deja de visitarlo.
Tuve que dejar pasar los días para poder plasmarlo.
No hay rumbo fijado.
No sé cómo contarlo sin hundirme tanto.