mirando a los ojos pero sin ningún sentimiento.
Que errata tan grande esa de escribir 'por muchos años más' en la carta de felicitación.
Que manía tan mala la de hablar del futuro cuando ni el presente está claro.
Que irónico que lo que más nos hace feliz son los futuros inciertos, las mentiras bien dichas y no las verdades como catedrales, ni el presente en el que vivimos. Mucho menos lo nuevo o los comienzos, porque hasta en ellos tenemos miedo.