21 de mayo de 2015

Miedo del bueno

Tengo miedo, pero del bueno.
Y es que pocos comienzos son los que comienzan sin él.
Mucha gente ha pasado en mi vida, pero es que ninguna consigó trasnocharme escribiendo cosas alegres.
Cuántos me dijeron que no escribiera tan triste, pero es que no me dieron ni la mitad que tú. 
Comienzo a acostumbrarme a todos tus defectos que te hacen diferente o a engancharme a esas respuestas que acaban en punta.
Qué le voy a hacer si prefiero silencios contigo que conversaciones de horas sin sentido.
Qué le voy a hacer si me haces ser una niña pequeña y (aunque a veces lo odie) insegura porque nunca había topado con alguien asi, pero es que es mejor lo nuevo y descubrir qué esconde.
Ahora estoy como en uno de los poemas de Irene X "Yo que cruzo sin mirar, bebo sin control y vivo sin sentido, tengo miedo. Coge lo que quieras"
Quizás sea el comienzo de una tragica historia o ya lo sea, rompiéndome poquito a poco en cada golpe de miradas y sonrisas a escondidas.
Que no destrozaste mis esquemas porque no tenía, pero si mi rutina y que me alegras todos los días. 

Y me tienes,
y te tengo,
y la hostia la veo de lejos,
pero quiero romperme contigo,
caerme en alguna de tus curvas,
deslizarme por tus pensamientos,
acabar con tu monotonía,
ser esa que hace que estalles en risa,
de las que no olvidas,
por mucho que pasen los días.